Los seres humanos aprendemos por una necesidad vital, no tanto por un requerimiento social, necesitamos reconocer nuestro mundo interior, y el mundo exterior para comprendernos, para comprenderlo y así podernos aventurar a nuevos registros de conocimiento por explorar. Aún con todas las contradicciones que nos genera vivir en estos tiempos de incertidumbre, la educación continua siendo un pilar fundamental para el desarrollo de niños y jóvenes. Toda la comunidad educativa está implicada en este proceso, y nos corresponde, a las familias, y a los centros educativos, como principales protagonistas, asumir los retos que esto conlleva. El acompañamiento que necesitan nuestros hijos/as, nuestros alumnos/as, tiene que darse desde un reconocimiento auténtico de sus necesidades, y un tacto exquisito para apoyarles en sus peculiaridades.
Intentamos realizar una formación enfocada al aprendizaje más psicológico, comprendiendo la mente de nuestros alumnos.